miércoles, 26 de abril de 2017

PATCH ADAMS


Sinopsis: la historia se desarrolla en los EEUU de los años 70. Está basada en la vida del Dr. Hunter “Patch” Adams, un hombre que ingresa en un psiquiátrico por intento de suicidio. Después de las experiencias que vive allí, decide cambiar de rumbo y estudiar Medicina. Su personalidad, en comparación a la del resto de sus compañeros, le hace mostrar un punto de vista más humano hacia la carrera.


En la película se tratan varios debates interesantes (que aún hoy siguen abiertos), desde un punto de vista humano de la Medicina. Al principio de la película, cuando Patch se halla en el psiquiátrico, se puede ver como el médico del centro no escucha a sus pacientes. Esto se refleja muy bien cuando tiene lugar una terapia de grupo, al mostrar la facilidad que tiene el protagonista para ganarse la confianza de los de su alrededor (mientras se burlan irónicamente de uno de sus compañeros) al contrario que el médico, que acaba marchándose de la terapia molesto por la deriva de la misma.
Posteriormente, cuando Patch decide estudiar Medicina, este intenta dar una visión más humana a la misma llegándose a colar en el hospital (estando en primer curso) para tratar con los pacientes: “Ni siquiera veremos a un paciente hasta tercer curso.” Este acto plantea una interesante pregunta acerca de las prácticas de los estudiantes de Medicina, ¿deberíamos pasar antes por los centros de atención primaria, en vez de ir directamente al hospital pasados dos años del comienzo de la carrera?
Además, es necesario mostrar cómo Patch consigue cambiar a los de su alrededor, haciendo que estos se unan a su causa. Al practicar la Medicina es muy importante conocer a la gente, es decir, a los pacientes y reflexionar en si de verdad es necesario seguir el cliché de “formar una barrera frente al paciente”. Una frase que aparece en la película y que quizás nos haga pensar acerca de esto último es: “¿Qué diferencia hay entre un científico y un médico? Las personas, nosotros tratamos con personas.”
Aspectos relevantes en el ámbito médico que se reflejan a lo largo de la película son los siguientes: conseguir mejorar la calidad de vida del paciente, gracias a la risa, tal y como hace Patch; no sentirse superior al resto por el mero hecho de ser médico; ver la situación excepcional para esa persona/paciente, evitando dejarse llevar por la “rutina”; tratar la muerte de otra manera, centrándonos en la indiferencia hacia ella; o simplemente llamar al paciente por su nombre.
Otro detalle interesante a destacar es el protagonismo de los hombres en esa época en el mundo médico. En los años 70, apenas había mujeres estudiantes de Medicina y mucho menos profesoras o catedráticas. En el primer aspecto ha habido un cambio drástico porque ahora son mayoría las mujeres que estudian Medicina; no obstante, todavía falta mucho para que se llegue a la igualdad entre hombres y mujeres en los altos cargos.
Por otro lado, hay que decir que en EEUU no hay sanidad pública, sino que la gente va al hospital a partir de seguros médicos. Esto representa una notable diferencia con España.
Aunque hay un momento en el que Patch intenta tirar la toalla con respecto a su proyecto de ayudar a los más necesitados, es importante subrayar el gran papel humano que desarrolla a lo largo de toda la película, haciendo ver al espectador que la Medicina es algo más que lo que viene en los libros, ponerse una bata o que te alaben únicamente por tener tu título de doctor/a.
La película, por tanto, pone de manifiesto el concepto esencial que debe emanar de la vocación de todo médico que es la necesidad de curar y más aún de comprender. Se trata de una forma apasionada de sentir la profesión médica, es una visión que se contagia pues todos ven como se hace necesaria también para ellos ya que es reclamada. Es agradable ver como las grandes cosas a veces empiezan con gestos pequeños, siendo conscientes que gestos tan simples como una sonrisa cambian el mundo.


Esperamos vuestrxs comentarios :)

lunes, 10 de abril de 2017

EL ÁRBOL DE LA CIENCIA - Pío Baroja


El árbol de la ciencia es el primer título de la trilogía La Raza (El árbol de la ciencia, La dama errante y la ciudad de la niebla), publicada en 1911. Está considerada por los críticos y por el propio Baroja como su mejor novela. Tal vez, más que en ninguna otra, presenta su autor su visión del mundo y de la realidad; así como su pesimismo existencial. Baroja por su actitud crítica con la realidad, por su compromiso social y político explícito y por su defensa de la necesidad de cambios es integrado dentro de la Generación del 98.

Los nuevos escritores de ésta época, se rebelan contra los valores de la sociedad capitalista, rechazando el industrialismo, así como los valores burgueses, adoptan diversas posturas estéticas e ideológicas, como el anarquismo de Baroja. Este racionalismo de los nuevos escritores no es ajeno a la crisis del pensamiento positivista, ni a las contradicciones de una sociedad en acelerado cambio. Estos escritores estaban agobiados por la sensación de decadencia y desastre que acompaño a la perdida de las ultimas colonias españolas. A finales del siglo XIX, se produce el desastre de 1898, fecha en la que España, derrotada militarmente por Estados Unidos, pierde los restos dispersos de su antiguo imperio colonial (Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la Isla de Guam). Las críticas de las clases medias, deseosas de renovar el régimen de la Restauración se acentúan, acabando por plantearse la cuestión de la crisis del Estado. Surge un movimiento ideológico, el Regeneracionismo, que reivindica la modernización de España en lo político y en lo económico. Estos escritores no son ajenos a la crisis del pensamiento positivista, ni a la del Realismo, se notará en la prosa, cada vez es menos el vehículo de narraciones en sentido clásico. Los relatos conviven con libros de carácter más descriptivo, siendo liricosos ensayistas.

El pensamiento filosófico y existencialista de Baroja (basado, sobre todo, en los filósofos Schopenhauer y Kant) se desarrolla a lo largo de la novela a través de diversos temas y motivos. El tema más importante es la falta de fe del personaje (y por consiguiente del autor) en la vida y en la existencia humana. Qué es la vida y la angustia existencial se desarrolla a lo largo de la obra en la figura de Andrés Hurtado. Otro tema importante es el enfrentamiento entre el mundo natural y el mundo de la ciencia. Esto se hace ver en el título, viene del pasaje bíblico del árbol de la vida y el árbol de la ciencia, del bien y del mal. Baroja con más fe en la ciencia que en la vida, idea que comparte con el pensamiento positivismo científico del siglo XIX, se niega a creer que el árbol de la ciencia sea mustio y diese la muerte, mientras que el de la vida sea inmenso y frondoso y llevase a la vida eterna. La obra tiene un tono de crítica sobre la sociedad asfixiante de la época. El escepticismo barojiano, su idea de un mundo que carece de sentido, su falta de fe en el ser humano, le llevan a rechazar cualquier posible solución vital, a un marcado individualismo pesimista. Otro aspecto que hay que señalar de la obra, es la higiene, unas veces como sistema preventivo y otras como terapia. Esta idea le obsesiona en su juventud. Esto se hace notar cuando el protagonista va con su hermano menor Luisito al pueblo de Valencia y cuando va como médico a Alcolea. Baroja tiene una idea clara de higiene, producto natural de su formación como médico.

Otro de los temas a destacar es la visión de la Medicina en esta época, donde, por ejemplo, los profesores que impartían las asignaturas eran todos mayores y muchas veces no sabían enseñar lo correspondiente al tema. También, cabe señalar una frase que intenta ilustrar cómo era la carrera de Medicina en esos tiempos: “existía entre los estudiantes de Medicina una tendencia al espíritu de clase, consistente en un común desdén por la muerte; en cierto entusiasmo por la brutalidad quirúrgica y en un gran desprecio por la sensibilidad.”

El tema de la muerte está muy presente, alguien apuntó que Baroja solo concedía la muerte a sus personajes más queridos, la muerte de su protagonista supone el fracaso de sus ilusiones. Con la muerte de Andrés Hurtado muere la ilusión de vivir de un joven, agobiado por las inquietudes científicas y su búsqueda de la verdad filosófica.

Siempre se caracterizó Baroja por presentar en sus novelas un abultado número de personajes secundarios. La caracterización de los personajes no reside en su profundidad psicológica, sino en su función de elementos imprescindibles de la acción: ni su protagonista ni los personajes principales (Iturrioz, Lulú, Aracil, Nini o Margarita) podrían considerarse redondos, sino planos y representativos de un modo de ser y de actuar. Casi todos los personajes secundarios están caracterizados de forma negativa, entre ellos destaca Lulú, personaje que construye poco apoco, es de los pocos personajes que no tienen base autobiográfica.

De las siete partes que componen la obra, las tres primeras y las tres últimas recogen el desarrollo de la trama, mientras que la cuarta está planteada a modo de dialogo entre el protagonista y su tío Iturrioz. En esta parte, se exponen las teorías que tienen ambos sobre la vida, siendo Andrés defensor de la verdad absoluta, mientras su tío apuesta por la verdad útil. Esta cuarta parte se divide a su vez en cinco capítulos, y en el tercero de ellos, El árbol de la ciencia y el árbol de la vida, se exponen las ideas principales de la novela, al estar ubicado en el centro exacto de la obra, determina la estructura.

Con pulso narrativo rápido y una prosa que utiliza con agilidad los diálogos y las pinceladas descriptivas, Baroja cuenta en esta novela de forma lineal, la historia de Andrés Hurtado. Llamativo le resulta al lector, que la narración se realice en la tercera persona omnisciente, su punto de vista narrativo no tiene restricciones y se sitúa en un plano estratégico. De mencionar es que el discurso se sustenta en la agilidad narrativa que le dan al texto una narración fluida, pinceladas descriptivas y los abundantes diálogos. Emocionante es que en cuanto al espacio se produce a lo largo de la novela un fuerte contraste entre los escenarios de las urbes (Madrid) con los rurales (el pueblo de Valencia, de Burgos y Alcolea del Campo). Bajo la mirada de Andrés, la mirada y la vida de la ciudad se representa corrupta y enviciada, como su propio ambiente, mientras que la vida en el campo, en plena naturaleza, se concibe saludable y positiva para el hombre. Tanto el espacio como el tiempo, e incluso los personajes, son meros elementos al servicio de la acción. La tendencia antirretótica es muy llamativa, a menudo se le ha reprochado a Baroja su descuido en la forma de escribir.

Uno se siente conmovido ante el protagonista, a veces puede resultar antipático, pero casi siempre sabe hacerse con la gente quizás por esa misma antipatía. El desenlace final emociona, pues el personaje produce sentimientos de cariño. La obra es adecuada y coherente en su final, puesto que sería poco creíble que el personaje tras haber dado muestras de su pesimismo y debilidad durante toda la obra, supere el golpe final de la muerte de su hijo y su mujer. Es agradable la lectura de la obra, aunque el protagonista resulte extravagante, uno se siente identificado en algunos aspectos con él.

Sin embargo, hay aspectos que chocan al lector, como cuando muere el hermano pequeño de Andrés, Luisito, y el primero no siente nada. O todas las veces que Hurtado critica a la sociedad, pero no se implica en cambiar las cosas (le plantean que se dedique a la política, pero él lo rechaza porque argumenta que no sirve para nada).

Para concluir se debe señalar que El árbol de la ciencia trata los dos absurdos enormes, intolerables, que Baroja veía en la vida: la crueldad y la estupidez, y recoge su pesimismo sobre el funcionamiento de la sociedad y la falta de sentido de la existencia humana.

Esperamos vuestrxs comentarios ;)