jueves, 4 de mayo de 2017

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA-Gabriel García Márquez


Crónica de una muerte anunciada es una de las novelas más importantes y populares de Gabriel García Márquez, escritor colombiano que fue galardonado con el premio Nobel de literatura en 1982. Gabriel García Márquez es uno de los principales representantes del llamado “boom” de la novela hispanoamericana. Precisamente en Crónica de una muerte anunciada, publicada en 1981, podemos observar algunos de los rasgos de este movimiento renovador en lo literario, como el tratamiento novedoso del ámbito rural, algunos destellos de realismo mágico, y sobre todo el uso de novedosas técnicas narrativas con un estilo extraordinariamente versátil. Se produce en esta época la difusión de la narrativa hispanoamericana, produciéndose una atracción en todos los ámbitos de la sociedad. La renovación ya se había producido en las épocas anteriores con Borges, Rulfo, Onetti, entre otros.
La novela hispanoamericana se convirtió en referencia inexcusable en la novela mundial. Se debe destacar, por tanto, que Crónica de una muerte anunciada es una novela corta situada entre dos obras más extensas, El otoño del patriarca (1975) y El amor en los tiempos del cólera (1985). En la novela corta, la acción principal polariza todos los elementos de la narración. Se debe destacar que este contiene en relación con la principal una acción secundaria con desarrollo extenso y competo. Para el autor, su obra es un acercamiento entre lo policiaco y lo narrativo, un acercamiento al género periodístico. La historia contada se inspira en un hecho real, ocurrido en 1951, en la ciudad natural del autor, Aracataca. De este suceso el autor tomó el crimen, los protagonistas, la circunstancia y el escenario, alterándolo narrativamente, pero sin olvidar nunca los datos y peculiaridades de toda buena crónica.
Crónica de una muerte anunciada da título a esta obra que trata sobre unas memorias que un personaje escribe sobre unos hechos ocurridos en un pequeño pueblo, sobre la muerte de un joven. Una muerte que todo el mundo sabía que iba a ocurrir antes de dicho hecho, aquí se justifica el título impuesto. Estamos ante una novela que es fiel reflejo de su título. Esto nos hace plantearnos cómo la gente muchas veces prefiere pasar de largo ante las circunstancias ajenas, preocupándose únicamente de lo suyo, incluso llegando a pasar por encima del resto si eso fuera necesario.
El tema central de la obra es el destino adverso o la fatalidad, junto con otros temas como la honra, la educación, el tiempo, la soledad y las estructuras político-sociales (caciquismo y poder de la iglesia). La fuerza del honor es la clave para entender la muerte de su protagonista Santiago Nasar. Es el honor un sentimiento o pasión que se manifiesta al ser removido por una acción transgresora. La colectividad ofendida no reprime racionalmente su pasión, sino que clama venganza. Aunque todos intentan evitar la muerte del protagonista, incluyendo los asesinos, al final acaban yendo a la plaza del pueblo para contemplar el “espectáculo” que para ellos representa la muerte.
El autor ha enunciado la palabra fatalidad en diversas partes de la diagénesis. Después de estudiar el caso, le llama la atención lo mismo que en su momento llama la atención del juez, el gran número de casualidades que se dan para la muerte de Santiago Nasar. El juez habla de fatalidad para explicar que nadie advirtiera a Santiago Nasar cuando se estaba a tiempo: “la fatalidad nos hace invisibles”.
Otro tema es el amor, relacionado con la amistad, aunque sin demasiado peso. Para la estructura se vale de las aportaciones del género policiaco. Se divide pues en cinco capítulos, distinguiendo planteamiento, nudo y desenlace. El planteamiento serían los hechos ocurridos antes de la muerte, la boda y la visita del obispo. El nudo sería la muerte de Santiago Nasar y los preparativos para llevarlo a cabo por los gemelos Vicario. El desenlace sería la búsqueda de información sobre la muerte y la vida de los personajes después de ésta. Esta estructura sigue un orden cronológico lineal. El narrador que se nos presenta es múltiple, un narrador que cuenta los hechos que van sucediendo en tercera persona y otro en primera persona, que entra como amigo del protagonista y cuenta que sucedieron y que ahora narra para realizar una crónica con toda la información recogida. El narrador no solo evoca y reconstruye hechos, para una crónica de un asesinato, sino que va atando cabos para que el lector comprenda los datos.
Llamativo es el tiempo, presenta un tratamiento retrospectivo, siendo característico de la novela renovadora de los años sesenta, siendo la técnica más original de la obra. Conmueve, que la obra esté ambientada en el pueblo natal del autor, haciéndose referencias a otros pueblos como Manause o Riohacha. La obra no sigue un orden lineal, un orden cronológico, sino que va dando cuenta de lo que sucede mucho tiempo atrás, lo que se llama flash-back. No tiene miedo de reproducir testimonios de los protagonistas que fueron los principales testigos. La obra avanza y retrocede en el tiempo, llegando incluso a hablar de 27 años después de la muerte de Santiago Nasar, para así contar el destino de los personajes, como Ángela Vicario. La obra dura desde la boda hasta el asesinato a las siete de la mañana.
Conmueve que los personajes sean víctimas de su destino adverso, con un estilo de las tragedias clásicas, no pudiendo dominar la pasión que los arrebata. Los personajes son numerosos y conocer bien su filiación respecto al asesinato es necesario para crear el ambiente de la novela. Es llamativo que las mujeres tengan el componente mágico, mítico y, como siempre, secundario. La obra contiene frases limpias y claras donde cada palabra está bien situada en la frase, para entender mejor la obra. La obra narra los hechos alrededor de un suceso injusto, conteniendo diálogos entre los protagonistas y numerosas descripciones de lugares, con una clara intención valorativa. El lenguaje se puede decir como popular, aunque el del narrador será siempre más culto sin altas exageraciones. 
Crónica de una muerte anunciada es una obra un tanto extraña, aunque fácil de realizar una lectura, puesto que empieza la historia por el final, con la muerte. Es fácil ir imaginando los personajes peculiares y los escenarios, según vamos realizando la lectura. De las partes más soporíferas y destacadas de la obra, se ha de señalar la llegada de la hora de la muerte de Santiago Nasar, ya que el autor lo presenta como un hombre fuerte, sin miedo, que quiere vivir y muere sin entender su muerte. No es un hombre culpable o inocente, sino un espejo de la sociedad. Una sociedad corrupta, que se preocupa más por el qué dirán, que porque se haga verdadera justicia.
El autor no solo escribió una historia que escuchó de joven, sino que describe en ella la sociedad. Destacable es el estilo, un estilo de sobriedad, deliberadamente ajeno a todo barroquismo, el autor mantiene la tensión de ésta extraordinaria crónica, renunciando de entrada a todo recurso estilístico convencional. La obra desprovista de incógnitas, crece y avanza sostenida solo por la palabra. El suntuoso lenguaje del autor adelgaza aquí hasta convertirse en una propuesta casi geométrica. Con la extraordinaria prosa del autor se mantiene en vilo la atención de esta extraordinaria crónica hasta su magistral desenlace. Es una obra que gusta y conmueve por ser celebre, la obra se presenta como una excepción a la producción literaria y como el fruto más destacado con querida minuciosidad.

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